Sólo queda un pie de roble carballo (Quercus robur estremadurensis) en la Sierra de Montánchez, no está lejos de "La Terrona", en el término de Zarza de Montánchez, y no lejos, en línea recta, de la parcela de los aloes en Valdemorales.
El viejo roble está moribundo, quizá enfermo de tristeza, por lo que pasa en el territorio de su segundo científico apellido... ¿no querrá ver los negros y viscosos designios industriales que nos anuncian?
Este roble es un símbolo, un testigo centenario que mira con un ojo cerrado y otro avizor el devenir de esta tierra extremeña. Me da la impresión que espera, espectante o incrédulo, una reacción de los humanos pobladores... ¿le quedarán aún motivos para la esperanza? Parece que sí, porque el pasado otoño nos regaló una, quizá última, docena de bellotas... Puede que él decida morir este verano, o al siguiente, pero no renuncia a que sus genes broten en nuevos árboles que sean testigos de nuevos y verdes aires de esperanza. De todos nosotros dependen.
"Los últimos" es el título de un excelente documental de Libre Producciones